Después de una noche de embriaguez, entró en la habitación equivocada y atrajo la atención de un demonio insaciable. Al amanecer, aterrorizada, huyó apresuradamente, pero él la perseguía como una sombra persistente, provocándola hasta dejarla sin palabras.
Él dijo: «Una noche como esposos equivale a cien días de afecto. Mi corazón piensa en ti cada minuto, cada segundo. Debes hacerte responsable.»
En un banquete, de repente comenzó a tener náuseas incontrolables. Ella lo pateó furiosa, pero él, con una sonrisa astuta y maliciosa, solo se rió…
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