Capítulo 69
Cinco años de edad.
Fuera de su ventana no se veía nada más que el invierno.
Las montañas estaban cubiertas de nieve blanca y la ciudad estaba sumida en el silencio.
Era imposible que un refugio seguro como esta ciudad se convirtiera en un lugar donde la gente quedara varada, pero Luisa, la jefa de rango 7, lo hizo posible.
Su existencia en sí misma era una calamidad.
Había transformado Volterra, una ciudad construida en la cima de una montaña, en un páramo helado que pronto comenzó a poblarse de monstruos.
El invierno que había creado Luisa era violento y persistente. El frío hacía que las manos y los pies se congelaran y que el aliento saliera en forma de gas condensado, pero nada de eso era real, era una ilusión.
Nadie sufrió nunca hipotermia ni congelación. El frío solo les hizo sufrir y les robó su maná. Cada minuto, cada segundo que los supervivientes estuvieron atrapados en Volterra fue un infierno.
Luisa utilizó el sufrimiento de los humanos para crecer cada vez más fuerte.
Incapaces de quedarse de brazos cruzados y dejar que se acumularan más bajas, los padres de Adela habían planeado una incursión. Su objetivo era el castillo de Luisa. Su oponente era un monstruo jefe de rango 7, pero ellos mismos eran cazadores de rango 6, el más alto en la Asociación. Había una posibilidad de que tuvieran éxito.
[Adela, volveremos pronto. ¿De acuerdo?]
El padre de Adela sonrió mientras le acariciaba la cabeza.
[Solo tienes que esperar solo durante tres días. Tres días, ¿de acuerdo?]
Y su madre la abrazó con fuerza antes de irse. Su abrazo fue lo suficientemente cálido como para hacer que la niña olvidara el frío.
Adela meneó la cabeza.
No le gustaba el hecho de tener que estar separada de sus padres, sin importar el motivo. No, le daba miedo.
[Lo siento. Lo siento mucho, mucho… pero no hay nada que podamos hacer.]
Sin embargo, su madre levantó una barrera y se marchó, acompañada por su padre.
A Adela no le quedó más que un frío glacial y un único osito de peluche.
Pasó un día.
La sopa que su madre le había preparado estaba fría pero deliciosa.
Pasaron dos días.
El tiempo que pasó sola esperando a sus padres fue solitario y aburrido.
Por fin llegó el tercer día que sus padres habían prometido…
Pero no regresaron a casa.
Pasaron cuatro días.
Los frijoles enlatados que habían sido guardados como comida de emergencia tenían un sabor horrible.
Pasó una semana.
La barrera desapareció y el frío que había creado Luisa se hizo aún más duro.
Adela realmente odiaba este resfriado.
Al menos si se congelara ya no sentiría dolor.
Pero lo que más le dolía a ella, una niña de apenas cinco años, era la soledad.
Cuando pasó un mes, ni siquiera podía recordar el sonido de su propia voz.
‘Quiero verlos’
Su madre, su padre.
No, podría ser cualquiera. Un ser humano.
Fue por eso que Adela salió de la casa y comenzó a caminar sin ningún destino en mente.
Pero la ciudad, golpeada por el desastre, permaneció en silencio. Todos sus habitantes ya estaban al límite de sus fuerzas.
Un aura de muerte impregnaba las calles, las casas y los edificios. No había nadie que pudiera permitirse el lujo de mostrar interés o preocupación por un niño pequeño en esa ciudad calamitosa cuando apenas podían permitirse hacerlo por sí mismos.
Así que vagó por la ciudad durante un tiempo y luego regresó a casa.
Ella no podía irse; Luisa no permitía que su comida se le escapara de las manos.
* * *
Pasó más tiempo. Había pasado un mes desde que sus padres se habían ido.
Adela tuvo que matar una parte de sí misma para poder sobrevivir. Nadie podía soportar la soledad y el frío que había azotado Volterra sin romperse de alguna manera.
* * *
Tres meses.
Ya no quería ver a su padre, ya no quería comer la sopa de su madre, ya no sentía frío.
Había llegado su cumpleaños.
Casualmente, el rasgo de Adela también se había manifestado en ese momento. Era de esperarse, ya que tenía cinco años y estaba por cumplir seis.
Su rasgo era de rango S y de elemento hielo. Era bastante irónico, considerando que nadie odiaba el frío tanto como ella.
* * *
¿Cuánto tiempo había pasado hasta ese momento?
[¡Señor Arden! ¡Aquí hay un niño!]
[¡¡Adela!!]
El paisaje que se veía desde su ventana había vuelto a la normalidad. La gente estaba retomando sus vidas y redescubriendo su lugar en el mundo.
Excepto Adela. Ella no pudo.
Ella ya había cambiado. Ya había perdido demasiado.
Su corazón congelado había dejado de latir.
* * *
Enigma Scan
Traductor – Dark07
* * *
Pero ese día fue diferente.
¡Mala suerte! ¡Mala suerte!
A Adela se le salía el corazón del pecho. Podía sentir el nerviosismo, que la entumecía hasta las puntas de los dedos. Se sentía llena de energía.
«Quiero ganar.»
Más concretamente, quería desnudar todo lo que había dentro de ella. Quería extraer cada pizca de emoción que sentía en ese momento para poder grabarlas permanentemente en su cuerpo.
Ese momento…
Fue entonces cuando Adela finalmente sintió algo que había anhelado durante todo ese tiempo: «la sensación de estar viva».
“¡Fiori d’inverno (Flores de invierno)!”, gritó a todo pulmón.
Adela había pensado que había perdido todas sus emociones, pero no era así. Era cierto que emociones genuinas agitaban su corazón. Estaba tan emocionada que sentía que estaba perdiendo la cabeza.
¡Bum!
Ella utilizó hasta el último bit de maná que tenía.
¡¡¡Que se jodaa …
Numerosos trozos de hielo se formaron alrededor de Adela y se juntaron frente a ella.
¡Tic, tic, tic!
Todo el hielo reunido se fusionó y se reformó en una hermosa flor.
La ráfaga de maná que rodeaba a Adela estaba haciendo volar su cabello hacia atrás frenéticamente.
«Voy a darlo todo».
La flor que tenía frente a ella tenía siete pétalos y actuaba como una especie de barrera. Sin destruirlos todos, nadie podría acercarse a ella.
¡¡¡Wshh!!!
Una vez que los pétalos terminaron de formarse, el maná azul comenzó a acumularse en el centro de la flor. Si [Ópera de nieve] era una habilidad que dominaba el campo de batalla, [Flor de invierno] era una que actuaba tanto como ataque como defensa.
¡¡Vmm!!
Las partículas de maná se habían reunido hasta su máxima capacidad. Los pétalos comenzaron a brillar.
Incluso en esa terrible situación, YuSung reguló con calma el aura de su cuerpo.
«Hay mucho tiempo.»
En ese momento estaba usando la armadura corporal del Dragón Negro. En ese momento, lo que necesitaba no era tiempo, sino la compostura necesaria para controlar la técnica.
‘Lentamente pero seguro.’
Una concentración que abrió sus sentidos.
YuSung movió el aura en su cuerpo, poco a poco.
De las piernas a las caderas…
De las caderas al corazón…
Del corazón a los brazos…
De los brazos al puño…
YuSung absorbió la energía del Dragón Negro que fluía libremente en su cuerpo hacia un punto singular.
«…El poder es como una llama», pensó, recordando algo que su maestro le había dicho en algún momento.
[¡Jajaja! ¡Qué bueno que encontramos leña seca! ¡Arde bien!]
[¿Ves esto, YuSung? ¡Mira la hoguera! ¡El poder es así, la llama!]
[¿Qué significa eso, te preguntarás? Mmm, bueno, ¡aprenderás el significado naturalmente a medida que crezcas!]
YuSung finalmente entendió las enseñanzas de Yu WonHak.
El fuego era algo que simplemente quemaba. Era tan peligroso que incluso una pequeña brisa podía amenazar con extinguirlo, pero también podía arrasar con todo lo que estuviera a su alrededor sin importarle lo que fuera.
No importaba cuán grande fuera cierto poder o técnica, no tenía sentido si la persona que lo usaba no podía controlarlo.
YuSung había logrado exhibir la poderosa técnica conocida como Armadura Corporal del Dragón Negro. Ahora, tenía que demostrar que era digno de ella.
¡Arriba!
YuSung salió disparado hacia delante como un cometa.
Un aura de color negro se arrastraba tras él como un rastro.
¡Destello!
Alcanzó velocidades que antes no podía.
La energía que emanaba de la Armadura Corporal estaba furiosa dentro de YuSung, tratando de escapar de él, pero él agarró el maná agitado tan fuerte como pudo, usando la más pequeña tensión en su control para hacerlo.
Era demasiado pronto. No podía soltar la energía todavía.
‘¡Sólo un poquito… un poquito más!’
La barrera que había erigido Adela estaba justo frente a sus ojos. El tiempo se hizo más lento para él, incluso más que antes.
“¡Flor!”
Adela abrió las manos y, al hacerlo, la flor comenzó a brillar ante los ojos de YuSung.
[※¡Peligro!]
[¡La capacidad de maná del portal está alcanzando el 87%!]
Un holograma apareció ante los ojos de ambos concursantes, pero ninguno de ellos le prestó atención.
Lo único que cada uno quería del otro era toda su fuerza.
¡Zzzt!!
Adela dio la orden de disparar.
Uno de los pétalos de la flor de hielo desapareció.
«¡Ahora!»
YuSung no perdió la oportunidad y extendió su mano hacia la luz que se disipaba.
Estilo de Dios de la Batalla: Palma Aplastante de Rocas del Dragón Salvaje
¡¡Bum!!
En un instante, el aura negra se liberó de su cuerpo y chocó con la luz azul. Sin embargo, la primera fue devorando lentamente a la segunda.
¡¡¡Bam!!!
La luz azul que Adela había disparado se disipó; lo siguiente en la fila fueron los pétalos de la flor de hielo.
¡Bam! ¡Crack!
En uno de los pétalos apareció una grieta y éste también desapareció.
Sólo quedaron cinco pétalos.
¡¡¡Sssst!!!
Cuatro pétalos…
Tres…
Dos…
Uno…
Adela exprimió hasta la última gota de maná que le quedaba en su cuerpo para mantener el último pétalo.
[Error del sistema]
[Error del sistema]
[Error del sistema]
[¡La capacidad de maná del portal ha sido superada!]
Ahora sus pockets hacían sonar las alarmas como si los hologramas ya no fueran suficientes.
El poder de la armadura corporal del Dragón Negro, amenazando con consumir a Adela…
Y el único pétalo de flor hecho de hielo en su camino…
¡¡¡Buum!!!
Los dos poderes chocaron y crearon una explosión. El suelo del estadio se hizo añicos, creando polvo en el aire. Una enorme ráfaga de viento barrió el estadio.
[Simulación fallida]
[El portal será cerrado forzosamente.]
Ni siquiera los anfitriones del evento, la Asociación de Cazadores, habían esperado tanto poder. Adela y YuSung habían logrado superar fácilmente el récord y el límite establecidos por ellos. Gracias a eso, el mundo falso dentro del portal se había derrumbado a su alrededor.
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